Conocimiento de Sí Mismo
Fase "B" - Conferencia Nro 8
El Fuego
Sagrado
Conviene entender que el Ejército de la Voz, el Ejército
de la Palabra, es Fuego. Y que ese Fuego vivo, ese Fuego
viviente y filosofal que hace fecunda la materia
caótica, es el Cristo Cósmico, el “Logos”, la Gran
Palabra. Pero para que el Logos aparezca, para que venga
a la manifestación, el Uno debe desdoblarse en el Dos,
es decir: El Padre en La Madre, y de la unión de los dos
opuestos nace el tercero: el Fuego. Ese Fuego es el
Logos, el Cristo, el Verbo que hace posible la
existencia del Universo en la Aurora de cualquier
creación.
El Caos del Universo reside ahora mismo en nuestro
sistema seminal. Así como Dios tuvo que fecundar las
aguas del Caos para crear el Universo, nos toca hacer lo
mismo, fecundando las aguas de nuestro Caos para hacer
surgir nuestro Universo interior. Si fecundamos nuestro
Caos espermático con el Fuego del Kundalini, surge de
allí el Cristo Íntimo, el Niño de Oro de la Alquimia
Sexual.
El Kundalini es el Fuego Solar encerrado en nuestros
átomos seminales, la sustancia electrónica ardiente del
sol, que cuando es liberada nos transforma en Dioses. La
causa causorum de la electricidad debemos buscarla en el
Fuego Serpentino Universal. Ese Fuego mora en los
electrones.
Cuando los átomos solares y lunares del sistema seminal
hacen contacto en el triveni (1), entonces, por
inducción eléctrica, despierta una tercera fuerza, el
Fuego Sagrado del Kundalini. Al liberar esa energía,
entramos en el camino de la Iniciación Auténtica.
Todo el poder del Kundalini se encuentra en nuestra
simiente o energía sexual. El Kundalini es el Fuego del
semen. Ese Fuego es producto de la Muerte Psicológica.
El Fuego purifica todas las cosas, trasmutándolas en
perfecciones inefables.
El Fuego tiene su habitáculo en el agua y si nosotros
derramamos esas aguas, derramamos también el Fuego y
quedamos en tinieblas.
La Castidad es el fundamento de la Gran Obra. Si
queremos transmutar nuestras fuerzas sexuales primero
debemos ser castos y no derramar ni una sola gota de
semen. Debemos reducir todos los elementos a su materia
prima, disolviendo el Ego, para luego transmutarlos.
En Alquimia, el Mercurio se refiere a las aguas (energía
sexual) y el Azufre es el Fuego Sagrado que debe
fecundar al Mercurio. El Azufre se mezcla con el
Mercurio y asciende por el canal medular hasta el
cerebro despertando los centros superiores. El excedente
de este Mercurio fecundado por Azufre es el que debe
hacer la creación de los Cuerpos Existenciales del Ser.
De manera que el Cuerpo Astral, el Cuerpo Mental y el
Cuerpo Causal no son más que Mercurio fecundado por
Azufre.
Escrito está en los viejos textos de la Sabiduría
antigua que el orificio inferior del canal medular de
las personas comunes y corrientes se encuentra
herméticamente cerrado. Los vapores seminales lo abren
para que la culebra sagrada penetre por allí.
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1 - El
Triveni es el punto del Sushumna donde se cruzan Ida
y Pingala. En el centro del canal Sushumna encontramos
el Nadi Chitra que es el canal por el cual sube
el Kundalini
“La tentación es fuego. El triunfo sobre la tentación es
luz”. El Alquimista tiene que arrancarle el Fuego al
diablo, tiene que arrancarle la blancura inmaculada a
las tinieblas. El Alquimista debe practicar Magia-Sexual
para que su piedra negra resplandezca con el Fuego y se
haga luego blanca, inmaculada y pura.
El Kundalini se desarrolla, evoluciona y progresa de
acuerdo con los méritos del corazón. Los fuegos del
corazón controlan el ascenso del Kundalini.
Aquel que después de estar trabajando con el Kundalini
derrama el semen, fracasa inevitablemente porque el
Kundalini desciende entonces una o más vértebras según
la magnitud de la falta. Debemos luchar hasta conseguir
la Castidad perfecta.
El que ha fabricado los Cuerpos Solares, tiene después
que perfeccionarlos. Para eso se ne¬cesita forzosamente
eliminar el Mercurio seco que no es otra cosa que los
yoes. Si uno no elimina los yoes, los Cuerpos
Existenciales no se perfeccionan y no pueden ser
recubiertos por las distin¬tas partes del Ser. Para
perfeccionarse deben convertirse en vehículos de Oro
puro. Pero no podrían con¬vertirse en instrumentos de
Oro puro si no se eliminaran el Mercurio seco y el
Azufre arsenicado. ¿Cuál es el Mercurio seco? Los Yoes.
¿Cuál es el Azufre arse¬nicado? Pues el fuego carnal,
bestial, de los infiernos atómicos del hombre. Ese fuego
corresponde al abominable órgano Kundartiguador.
Cuando los Cuerpos quedan convertidos en vehículos de
Oro puro pueden entonces ser recubiertos por las
distintas partes del Ser, y allí al fin, todos ellos,
vienen a servir de envol¬torio para nuestro Rey, nuestro
Cristo Íntimo. Él se levanta de su sepulcro en el
instante que hay un envoltorio de esa clase y se recubre
con él para manifestarse aquí, a través de los sentidos,
y trabajar por la Humanidad doliente. Así es como el
Señor viene a la vida, así surge a la existencia el
Cristo Íntimo, el Magnesio de la Alquimia.
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