Conocimiento de Sí Mismo -
Conferencia Nro 31
Criaturas
Mecánicas
De ninguna
manera podríamos negar la Ley de Recurrencia
procesándose en cada momento de nuestra vida.
Ciertamente en cada día de nuestra existencia, existe
repetición de eventos, estados de conciencia, palabra,
deseos, pensamientos, voliciones, etc.
Es obvio que cuando uno no se auto-observa, no puede
darse cuenta de esta incesante repetición diaria.
Resulta evidente que quien no siente interés alguno por
observarse a sí mismo, tampoco desea trabajar para
lograr una verdadera transformación radical.
Para colmo de los colmos hay gentes que quieren
transformarse sin trabajar sobre sí mismos.
No negamos el hecho de que cada cual tiene derecho a la
real felicidad del espíritu, más también es cierto, que
tal felicidad sería algo más que imposible si no
trabajamos sobre sí mismos.
Uno puede cambiar íntimamente, cuando de verdad consigue
modificar sus reacciones ante los diversos hechos que le
sobrevienen diariamente.
Empero no podríamos modificar nuestra forma de
reaccionar ante los hechos de la vida práctica, si no
trabajáramos seriamente sobre sí mismos.
Necesitamos cambiar nuestra manera de pensar, ser menos
negligentes, volvernos más serios y tomar la vida en
forma diferente, en su sentido real y práctico.
Empero, si continuamos así tal como estamos,
comportándonos en la misma forma todos los días,
repitiendo los mismos errores, con la misma negligencia
de siempre, cualquier posibilidad de cambio quedará de
hecho eliminada.
Si uno de verdad quiere llegar a conocerse a sí mismo,
debe empezar por observar su propia conducta, ante los
sucesos de cualquier día de la vida.
No queremos decir con esto que no deba uno observarse a
sí mismo diariamente, sólo queremos afirmar que se debe
empezar por observar un primer día.
En todo debe haber un comienzo, y empezar por observar
nuestra conducta en cualquier día de nuestra vida, es un
buen comienzo.
Observar nuestras reacciones mecánicas ante todos esos
pequeños detalles de alcoba, hogar, comedor, casa,
calle, trabajo, etc., etc., etc., lo que uno dice,
siente y piensa, es ciertamente lo más indicado.
Lo importante es ver luego como o de que manera puede
uno cambiar esas reacciones; empero, si creemos que
somos buenas personas, que nunca nos comportamos en
forma inconsciente y equivocada, nunca cambiaremos.
Ante todo necesitamos comprender que somos
personas-máquinas, simples marionetas controladas por
agentes secretos, por Yoes ocultos.
Dentro de nuestra persona viven muchas personas, nunca
somos idénticos; a veces se manifiesta en nosotros una
persona mezquina, otras veces una persona irritable, en
cualquier otro instante una persona espléndida,
benevolente, más tarde una persona escandalosa o
calumniadora, después un santo, luego un embustero, etc.
Tenemos gente de toda clase dentro de cada uno de
nosotros, Yoes de toda especie. Nuestra personalidad no
es más que una marioneta, un muñeco parlante, algo
mecánico.
Empecemos por comportarnos conscientemente durante una
pequeña parte del día; necesitamos dejar de ser simples
máquinas aunque sea durante unos breves minutos diarios,
esto influirá decisivamente sobre nuestra existencia.
Cuando nos Auto-Observamos y no hacemos lo que tal o
cual Yo quiere, es claro que empezamos a dejar de ser
máquinas.
Un sólo momento en que se esté bastante consciente, como
para dejar de ser máquina, si se hace voluntariamente,
suele modificar radicalmente muchas circunstancias
desagradables.
Desgraciadamente vivimos diariamente una vida
mecanicista, rutinaria, absurda. Repetimos sucesos,
nuestros hábitos son los mismos, nunca hemos querido
modificarlos, son el carril mecánico por donde circula
el tren de nuestra miserable existencia; empero,
pensamos de nosotros lo mejor...
Por donde quiera abundan los "MITÓMANOS", los que se
creen Dioses; criaturas mecánicas, rutinarias,
personajes del lodo de la tierra, míseros muñecos
movidos por diversos Yoes; gentes así no trabajarán
sobre sí mismos...
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