Conocimiento de Sí Mismo
Fase "B" - Conferencia Nro 11
La Segunda
Montaña
A medida que empieza el
iniciado a trabajar con la fabricación de los Cuerpos de
Oro aquellos de Fuego van muriendo y van siendo
reemplazados por los de Oro.
En la Segunda Montaña es mucho más exigente el trabajo
que en la Primera Montaña; no se puede dar un paso sino
en función de la muerte y nacimiento, o sea los Tres
Factores definitivamente. Quien no está muriendo en la
Segunda Montaña no puede seguir adelante y no se puede
quedar estático porque sube o baja, y como no está
muriendo tiene que bajar.
La muerte es básica y fundamental para poder ir
escalando por la Segunda Montaña.
En esta Segunda Montaña no hay descanso para el
iniciado, porque la Ley está encima. Cuando uno quiere
sentarse a descansar la Ley le cae y le dice: “circule,
circule”; o sea que no se puede quedar quieto.
Ahí es donde empieza el drama de Jesús el Cristo. El
Drama Cósmico que cada iniciado debe vivir en los mundos
internos, paso a paso pero muy consciente, porque ahí no
se puede dar un paso sin tener conciencia. Se vuelve
aquel drama tan consciente, que uno cree a ratos que es
en carne viva que está. Porque no hay paso haya dado el
Maestro Jesús que no tenga que dar uno: el dolor y la
amargura, todo se siente como si fuera en carne viva.
Por esto el maestro Jesús dijo: “Yo Soy el camino, Yo
Soy la Verdad”, porque nadie llega al Padre sino es por
medio del Cristo, la Cristificación total.
En la Segunda Montaña es donde se da el lujo de encarnar
al Cristo Interno, individual, el de todos los poderes
sobre el Cosmos, sobre la Naturaleza y sobre todo. Este
niño es de una figura bellísima, que no se puede
explicar verbalmente porque el verbo desfigura.
También lo toma la Ley del Siete. Él nace como un niño
pequeñísimo, de brazos, y va creciendo de acuerdo con
los Tres Factores que vaya el iniciado trabajando y al
Amor, porque el alimento del Cristo es el Amor, porque
Él es el Amor.
A medida que va ascendiendo el iniciado, el niño va
creciendo y se va manifestando con más poder y más
sabiduría. Va despertando sus facultades terriblemente
poderosas, donde ya tiene poder sobre el Cosmos y sobre
todas las creaciones.
Cuando este niño se desarrolla, cuando se fabrica el
Cuerpo Causal de Oro, es cuando se recibe la auténtica
Iniciación Venusta. Ahí es donde ya tiene que empezar a
desintegrar el Yo Causa totalmente, que no quede ni la
sombra de los defectos, para poder tener acceso a la
Tercera Montaña.
Por eso es que el Iniciado tiene que desintegrar el Yo
Causa. Sin la desintegración del Yo Causa no podría
jamás pisar las puertas del Absoluto, porque puede haber
encarnado al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo dentro
de sí, pero Padre, Hijo y Espíritu Santo ante el
Absoluto son mecánicos, no puede penetrar porque el Rayo
de la Creación está dividido en tres leyes, que no le
permiten entrar al Absoluto.
Por eso se dice que “Dios mismo tiene que morir”, porque
al haber encarnado el iniciado las tres fuerzas
superiores del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es un
Dios, capaz de crear por medio del verbo; pero como ante
el Absoluto es mecánico tiene que pasar por una Gran
Muerte Mística para que esas leyes se fusionen en una
sola ley.
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